domingo, 8 de septiembre de 2013

Aprende a comunicarte ¡AHORA!

CAPITULO I

“Para mejorar la comunicación, el cambio empieza por ti”.

Había una vez un viajero que caminaba de un pueblo a otro. En el camino vio a un monje labrando uno de los campos vecinos. El monje le deseó buenos días y el viajero contestó con un leve movimiento de cabeza. Después se volvió al monje y dijo:
- ¿perdone, le importaría si le hago una pregunta?
- No, en absoluto – replicó el monje.
- Vengo del pueblo de las montañas y me dirijo al del valle y me preguntaba si usted sabe cómo son las gentes del valle.
- Dígame – dijo el monje -.¿Cuál fue su impresión del pueblo de la montaña?
- Terrible - replicó el viajero - Si le soy sincero, me alegro de dejarlo atrás. La gente no es hospitalaria. Cuando llegué allí me saludaron de una forma distante. Por mucho que lo intenté, nunca pude sentirme parte del pueblo. Los lugareños se mantuvieron distantes y reservados, no tratan a los extranjeros con bondad. Así pues, dígame, ¿qué puedo esperar encontrarme en el valle?
- Siento decirle - contestó el monje - que creo que su experiencia en el valle será muy parecida. El viajero agachó la cabeza y con aire resignado continuó su camino.
Unos meses más tarde otro viajero estaba realizando el mismo viaje de la montaña al valle.
- Buenos días – le deseó el viajero al monje.
- Buenos días - respondió el monje.
- ¿Cómo está usted? – preguntó el viajero.
- Bien - respondió el monje - ¿Adónde se dirige usted?
- Voy al pueblo del valle - replicó el viajero - ¿sabe usted cómo es?
- Sí respondió el Monje - pero antes dígame, ¿de dónde viene usted?
- Vengo del pueblo de la montaña
- ¿Y como le fue por allí?
- Estupendamente. Me hubiera quedado de nos ser por mi propósito de seguir viajando. Me sentí como un miembro más del pueblo. Los ancianos me dieron muchos consejos, los niños bromearon y se rieron conmigo y la gente en general se mostró muy generosa – y añadió - Me entristeció dejarlos. Siempre guardaré un recuerdo muy especial de ellos.
- ¿Y qué me dice del pueblo del valle? - pregunto de nuevo el viajero.
- Creo que su experiencia en el valle será muy parecida - replicó el Monje -
Que usted tenga un buen día.
Nada es bueno o malo en la vida, nuestra mente lo hace malo o bueno. Lo externo es semejante para todos. Nuestra manera de pensar o percibir es la que hace agradable o no, nuestro ambiente.
El contenido de este texto que estas leyendo es consecuente con esta metáfora que nos invita a reflexionar que el cambio en cualquier aspecto de nuestra vida y en este caso, el mejoramiento del proceso de la comunicación empieza en nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario